maríaa

Tendencia a lo trágico.

Esa tierra mojada sobre la que llueve una y otra vez cada mitad del comienzo de una nueva etapa,

 

los charcos reflejan el temido final desde el principio.

 

Tus manos con un cáliz verdoso agarrándome del muslo,

 

y mis mejillas sienten el calor de esa pequeña muerte que se acerca.

 

Más tarde repaso en mi mente dolores y tragedias,

 

llorando a tu lado mientras duermes,

 

sintiéndome de nuevo sola y perdida, me vuelvo a preguntar:

 

¿Cuándo será mi turno?