sondemar

Robusto brazo que atenazas

Robusto brazo que atenazas

como alambre espino

 mi cintura;

como hiedra pegajosa

silenciosamente trepas

de mi cuerpo las paredes

estando yo dormida.

Las pretéritas caricias

de amante tierno que otorgabas

como acre beso de garrote

vil son ahora recibidas;

aquel cálido abrazo

que antaño codiciaba

rechazado es hoy

como afilada garra.

¿Sabes tú

adónde fueron los deseos

de fundirnos en penumbra?

¿En qué momento olvidamos

desnudos vernos como iguales?

¿Quién o qué desfiguró nuestras miradas?

¿Fue, quizás, la carcoma del tiempo

o la fatiga de la vida?