Te quería traer hermosas letras,
pero las he dejado,
no sé si en un sueño,
no sé si alguna vez las tuve,
se me frunce el ceño,
y me quedo enojado,
por no saber cómo se escribe
algo que quiero dejar atrás.
Tengo un momento de serenidad,
silencio en intermitencias,
ya me arrastrará el caos,
y entonces miro un instante,
al cielo menguante,
con sus azules infinitos,
sus nubes distantes,
y no puedo más que dudar…