Una mirada, su mirada y la de ella se cruzaron, su corazón latiendo fuerte y el de ella no tanto.
Empezaron a salir de inmediato hasta que los atrapó sin darse cuenta los años.
Él queriéndola sin importar los daños, las frustraciones; ella nunca lo amó demasiado.
Él planeando todo el futuro: la casa, el patio, el perro; ella siempre en desacuerdo.
El tiempo fue midiendo sus sentimientos, él siempre enamorado, sin embargo, ella no tanto.
Rendido siempre en sus brazos, esperando además ese beso cálido, ella esquivando.
Un día él lloró, las lágrimas brotaron, su dolor floreció; a ella no le importó.
El engaño descubrió; en trizas se rompió su corazón, su amor padeció y en silencio se quedó.
Y así como un buen día ese amor nació, ese amor ya no existe, ese amor falleció.
Ella quiso recuperarle, pero fue muy tarde; él se fue de ella porque la decepción fue muy grande.