¡Entonces, qué es de mí!
Marchaste dejando a medias el labor de amante
Preferiste correr
Tirada me encuentro
No retrocediste, no pensaste
¿En cómo quedé?
Jirones, mi alma porcelana
Tus pasos por el este, salvación tuya, desgracia mía
Cobarde estúpido, huyendo, abandonando
A quien te ama
Cómico el dejarme atada
A lo más dulce de tu entrega
Suficiente de tu esfuerzo; no te vayas a cansar
Ojalá no se agote tu oceánico amar
Te fuiste, pedazo de infeliz
En tu vida desértica, fui oasis
Cubriéndote de daño, dándote sustento
Tan solo fui tu descanso
Corriste, me abandonaste
Cobarde
Cobarde tú, tonta yo
Confíe en tus labios, veneno
Veneno en mis venas
Rondando en mi cuerpo
Quemando mi razón
Pidiendo que vuelvas.