Cuando bailas frente al peligro
y te rodea como un enjambre de avispas
buscándote, tentándote
te miras sin poder creer en tu suerte.
Si te detienes un solo instante
probablemente no te pique una
sino muchas a la vez.
Baila y gira como una peonza
como una llama
como el mismo huracán
en cuyo centro te encuentras.
Baila y gira sin cesar
sin cansarte
sin parar
hasta que acabe este infernal infernal turbión de fuego.