Javier Julián Enríquez

Anhelo y realidad

Yace el amor en lo que fue promesa,

en el silencio eterno de los huesos,

que guardan los suspiros y los rezos,

y en la fría lágrima que besa;

 

el eco de tu voz se va apagando,

como el ocaso que se torna oscuro,

y en mi pecho, de luto, quedo puro,

con el dolor que sigue martillando.

 

Así mi alma, con la sombra juega,

en el vacío de esta soledad,

donde el recuerdo, su puñal despliega;

 

no hay consuelo en la dura realidad,

sino en la hiel que mi corazón riega,

y en la penumbra, lloro tu verdad.