No importa que me pidas yo doy todo de mi por cumplirlo.
Cada capricho, cada deseo o cada sugerencia se vuelve una orden.
Una necesidad por complacerte que va más allá de lo correcto.
Yo decidí esto, voluntariamente me entregué a tu persona.
Con solo verte firmé mi renuncia al amor de cualquier otra.
Sin saber si era correspondido decidí abandonar todo por tu amor.
Dispuesto a batallar día y noche para adentrarme en tu corazón
Plantar un bosque de recuerdos con árboles que susurren sobre nuestro amor.
Mientras que por sus raíces fluyen piropos.
Los cuales te dedico de noche, para que no extrañes el calor del sol
Te entrego mi alma en este poema.
Mi cuerpo de cualquier manera
Y mi corazón en cada ocaso que se genera.
Tu, mi flor silvestre, mi bella musa del occidente.
Eres la única que merece este amor.
Con todo el cariño y respeto que te tengo.
Suplico de rodillas que nunca me digas adiós.