¿Cómo disfrazar algo que ya no te duele o que te negás a sentir?
¿Cuánto tiempo tuviste que llorar para no permitirte volver a hacerlo?
El amor no se acaba, eso está claro. Pero el odio no te alcanza para calmar lo que te genera todo.
Además, ¿de qué te sirve odiar?
Estás ahí, ida, sin saber qué decir o qué callar.
En silencio.
¿Qué más querés?
¿Que se quede? ¿Que se vaya? Ya se fue.
Quedarse sería pedirte a vos misma que, una vez más, dejes que el dolor vuelva.
No sé si ponerle un título a algo que nunca supiste cómo nombrar.
¿Le dolerá? No tiene sentido pensarlo. Y si lo tuviera, ahora no me ayudaría...
Quería intentarlo. Uff, sí, quise intentarlo...
Me armé de tantas formas que, a veces, me perdía en medio de todo.
No siento nada, y es raro. Antes lo sentía todo y ahora...
Ni el vacío molesta tanto.
¿Debería llorar?
No siento la necesidad.
No creo que vuelva. Y tampoco tengo la opción de quedarme...
No me duele, y es extraño. Creí que te quería más, como para seguir llorando.