Si el sol a tus dos ojos alumbrara
o el fuego se empeñara en calentarte
como cierzo que, ansiando despeinarte,
saca pecho y su viento te dispara;
si la noche en sus brazos te acunara
o la lluvia dejara de abrumarte;
si todos se pusieran de tu parte
y al mundo nunca más plantases cara...
¿Qué sentido tendría estar despierto?
¿Acaso no es la vida impedimento,
revés, adversidad, futuro incierto?
No dejes que te ciegue el desaliento:
resiste la tormenta, olvida el puerto
y encomiéndate al fértil movimiento.
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En Salamanca, a las 15:34 del 26/3/2025.
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