En el zenit alguien me llama
En mi nadir me llamas tú
No me molesta el bajo-tierra
Si mi féretro eres tú
El equinoccio me sofoca
En lo demás sofocas tú
Al vivir eres mi senda
Al morir el ataúd
No quisiera engañarte
A lo más me engañas tú
Mi arte no podría expresarte
Al respirar me expresas tú
Y muero: mi alma se desprende
Me acelero sin dirección
Si al llegar no estás presente
Me equivoqué de religión.