Esta vela otrora recia en la mayor con firme botavara,
Ora es candelabro descalabrado, quincalla,
Mano de cera que, temblorosa,
sostiene un hilo de llama.
Pero, con todo, cómo alumbra!
Espolvorea ocres y burdeos
Como una vieja prostituta
En el ritual de la araña
Donde caen los cuerpos,
Ardientes en proteínas
Y en sueños de Disneylandia.
Con la humildad de una frágil ofrenda
En el altar de las madres cansadas,
Oro, imploro: mecha, lumbre, una cerilla barata,
Y la noche, como un colchón desvencijado,
Me abraza.
Y matando enero estoy,
Son las seis de la madrugada,
Todo está oscuro,
La llama no llama,
Y te busco,
Pero duermes
Como el mundo,
Como todo el mundo,
Como vela extinguida,
La calma.