¡¡Te extrañe, amor!!
Te extrañe, amor, en el avión que me llevaba a Madrid, cuando vi el asiento vació que iba enseguida de mi,
Me hubiera gustado que ese vuelo me llevará contigo y quedarme en tu vida para ser felices para siempre.
Te extrañe las mañanas que tomé el café en el jardín del hotel sin ti, me hizo falta tu presencia, me sentí
Más sola que nunca, esas mañanas me supieron a soledad y a tu SILENCIO…
Te extrañe en esas grandes avenidas de Madrid, caminaba deseando que me llevaras del brazo, anhelé ver tu
sombra, desee saberme amada y tener tu compañía, quería vivir contigo esa maravillosa experiencia.
Te extrañe en cada sueño que estuve fantaseando contigo en noches de placer, de pasión, de encuentros
nocturnos nuestros, sintiendo en la piel de mi piel, tu piel sobre mi y saberte muy mío.
Te extrañe siempre en cada paso que daba recordaba tu voz, tu mirada, tus labios y tu pelo cano
engarruñado, esos rulos canosos, te hacen ver más atractivo y hermoso, estas más viejo y mas bello.
Es imposible olvidarme de ti, así me encelé de tus amores con ella, no dejo de recordar lo que vivimos
Juntos, todavía necesito al amigo, al maestro y al amante de todas esas noches en que conversábamos.
Fingir que te olvido, no tiene caso, me eres necesario para vivir, eres una ilusión, un sueño, un amor
Lejano, muy lejano que nunca olvidaré, el mejor tiempo de mi vida es el que pase contigo, esas largas
noches platicando, escuchando tu voz declamando tus poemas, me dan vida y te vivo en mí a diario.
Te extrañe y te voy a extrañar toda la vida. No quiero morir sin saber que no me hayas amado.
¡¡Yo no podré olvidar tu pasado y tú no podrás olvidar mi pasado!!
Tu SILENCIO hizo añicos mi corazón y mi alma y ahora no halló cómo juntar los pedazos para seguir amándote.
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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En la foto estoy frente la puerta de Alcalá
Yo no quiero morirme sin saber de tu boca.
Yo no quiero morirme con el alma perpleja
sabiéndote distinto, perdido en otras playas.
Yo no quiero morirme con este desconsuelo
por el arco infinito de esa cúpula triste
donde habitan tus sueños al sol de mediodía.
Yo no quiero morirme sin haberte entregado
las doradas esferas de mi cuerpo,
la piel que me recubre, el temblor que me invade.
Yo no quiero morirme sin que me hayas amado.
\"Yo no quiero morirme sin saber de tu boca, de Elsa López\"