Aún bajo el dulzor del sueño
nos sentamos en el lecho
Mi rodilla palpando silenciosa
el calor de tu muslo
La vida meditándonos por dentro
Después...
un abrazo caracol, lento, lento,
casi sin movimiento,
y la energía comienza su espuma
Siento una ola tuya romper junto a otra mía
Y se desbordan
la risa, el temblor, la casi caricia
el dulzor, una brisa desde los pies a la garganta
el placer del amor se hace Plamor
y nos amanecemos
contentas como un sol