Algún día no tendremos
la sensación de escapar.
Algún día no volveremos tristes
del atardecer.
Encarcelados en la ciudad,
nos devoran,
los propios pactos de la libertad,
pero volveremos a un hogar,
que está en el horizonte y el silencio,
es un arrebol sin tiempo
ardiendo en las alturas,
y la Muerte,
nos dirá:
\"Ahora la llovizna es eterna\"