Oscura muerte, si vas a llevarme, llévame deprisa, sin cartas de presentación ni cita.
Para ir contigo no necesito documentos, permiso o visa; solo debo decir chau a la vida.
No quiero que me hagas una visita, y tampoco vengas con advertencias y amenazas.
Arrástrame sin que me dé cuenta, dejando de lado todo protocolo y tu burocracia.
Si vas a venir, ven, pero con las manos vacías y la tranquilidad que te caracteriza.
No necesito de despedidas vacías, lágrimas secas fingidas y palabras de hipocresía.
Haz tu trabajo como debas, termina la tarea, que de mi parte no opondré resistencia.
Sabes que hace tiempo veníamos charlando del tema, y que estoy aquí en tu espera.
Tu voz ronca, maliciosa pero dulce, zumba en mis oídos como un enjambré de abeja.
No me digas dónde iré o en qué lugar descansaré, solo encárgate del viaje eterno.
Tampoco quiero nombre del lugar; si es lindo o feo, da igual el nombre del cementerio.
\"Tu solo ven, llévame y mejor que lo hagas de una buena vez, sin duda y sin rodeo\".