Que capricho el mío de amar toda tu divina elegancia,
tienes ojos asesinos que flechan a mi corazón vacío,
cupido no entiende el por qué ando tartamudeando
versos a la nada, y mi elocuencia no tiene ni un sentido,
es que yo tampoco tengo una respuesta de este imponente
sentimiento que ahora mismo llevo conmigo.
¿Será que solo soy un demente en busca de robar tus latidos?
o solo soy un excelente soñador, que quiere tener tu corazón
Para siempre en este sueño que no quiero tener conciencia.