Oh, canto eterno del tiempo callado,
susurro que flota en el viento dorado.
Memoria dormida que vuelve a latir,
romance que en sombras se niega a morir.
¿Recuerdas la senda de luz y rocío,
las tardes vestidas de fuego y de frío?
El bosque nos daba su aroma y su paz,
y el viento, en su canto, nos hizo soñar.
Las noches templadas tejían sus lazos,
y el eco en mi pecho danzaba en tus brazos.
Las estrellas testigos de un dulce susurro,
nos vieron amarnos sin miedo al futuro.
Romance que vive en el sonido del ayer,
beso que en el aire jamás se ha de perder.
Tu nombre es un verso que aún tiembla en mi voz,
melodía eterna que el destino nos dejó.
Oh, dulce silencio, suspiro escondido,
te llamo en la brisa, te busco en mi olvido.
La luna se apaga, la noche es fugaz,
pero el eco en mi alma no muere jamás.
Tu sombra en la brisa me sigue llamando,
un himno perdido que sigue vibrando.
Si el tiempo es un río que todo llevó,
que el canto de amarte jamás se apagó.
Así queda escrito en el viento y la luz,
un canto sin tiempos, sin sombras, sin cruz.
Romance inmortal que el alma forjó,
sonido divino que el amor nos dejó.
JFAS 07-03-2023
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