Los amantes son locos, bien lo sabes,
pues beben de un delirio sin cadenas,
y llevan en la piel rojos canales,
marcados por las fiebres más amenas.
Son reyes sin corona ni trono,
que danzan entre sombras y luceros,
y si el mundo los mira con encono,
se ríen entre besos prisioneros.
Amar es arder sin miedo al ocaso,
saber que el paraíso es un instante,
robarle a Dios su fuego en un abrazo.
Que digan lo que quieran los prudentes:
los amantes son locos delirantes,
y en su locura viven para siempre.