A veces la poesía
es la última esquina
de donde jamás se vuelve.
El dolor, los recuerdos pesan
como una piedra al cuello
y es ya tarde para volver atrás
y hacia adelante no podemos seguir,
porque un muro nos separa de todo
y también de la misma muerte.
De esa muerte ya anunciada cada día,
por esas mañanas grises sin presente
y sólo nos queda un amor que aún persiste,
una vieja foto y una carta ya leída
con mil deseos pendientes.
A veces se muere poco a poco
sin abandonar el presente
que nos ahoga en un beso
de labios que muerden.
A veces nos duele
El aire y la luz del sol
y esperamos la noche
donde todo se pierde.