Me deslicé por su pelo,
en sus rizos la elegancía
cómo la de la gran Francia
dónde tú eras modelo.
De tan bella daban celos,
yo sólo un espectador
mirando el aparador,
tan absorto, tan estático,
cómo todo buen fanático,
seguí pensando en su amor
Imaginé que bailaba,
tomandola de su talle
percibí todo detalle,
mi mano casi temblaba.
Pero también disfrutaba,
bajo la tela el derrier,
casi lo podía ver,
era delicado tul
transparencia casi azul,
yo a punto de enloquecer.
Dr. Salvador Santoyo Sánchez
04/febrero/2025