Su sonrisa es sol, y resplandece
como brisa dorada en el estío,
y su rayo sutil y luminoso
despierta mi delirio.
Su sonreir es sol, y lleva impreso
el fulgor de un cometa cristalino;
y en su brillo encantado y reluciente
renace mi suspiro.
Su sonrisa es sol, y entre sus curvas
se dibujan paisajes de alegría;
y su eco es un canto rumoroso
que embriaga mi poesía.
Su sonrisa es sol, y en su sendero
se resguardan secretos infinitos,
donde juegan las almas inocentes
de ensueños encendidos.
Su sonrisa es un sol, y en su reflejo
se contempla de Dios su poderío;
y su voz tiene arpegio cadencioso
como arrullos de mirlo.
De la risa de Ella de mi poema anterior paso a la sonrisa que recoge mil soles de verano.
He seguido en parte la idea para iniciar los primeros versos, del amigo y poeta Rafael Escobar, en tu poema de ayer que recomiendo mucho ( SU MIRADA) con las rimas de Bécquer, las cuales no se aplican es mi poema y que no domino. He escrito al poeta Escobar informándolo.
Agradecido del poeta Rafael Escobar por su aporte en la estrofa de cierre de este poema.
Me gusta armar rompecabezas, es un ejercicio mental provechoso, las piezas se pierden muchas veces y el juego se termina, el amor es uno de esos que tienen miles de ellas y si nos descuidamos, perdemos mucho.
Poetas, que nos perdamos ninguna pieza del puzzle, para eternizar una sonrisa que ilumine la vida como esta que les presento.