Ámame, deséame, ódiame, mátame,
Hagas lo que hagas conmigo o de mí,
mujer perfecta,
hasta el fin de los días de la Tierra
a tus pies voy a estar.
Mi carne, mi sangre, mi alma,
entero mi ser es tuyo, mi bien amada...
¿Que quién te ama? ¡Ah!
ya te diré yo quién te ama, mujer...
Pero primero dime:
¿Cómo puedes ser tan amorosa,
mientras el mundo alrededor nuestro
se derrumba?