Te amo tanto, que a veces no te amo y de no amarte, te amo aún más de lo que jamás amé.
La luna esconde siempre una cara al sol y la otra la muestra desnuda y encendida en un reflejo de amor.
Y yo te amo sin amarte como se ama la vida sin fe. Porque el amor es fuego y cada llama es una herida, que arde y quema como el beso que no fue.
Te amo tanto que me dueles y no te dejo de querer con un amor sin tiempo y un deseo sin fe.