RENUNCIACION.
Señora: Renuncio a mi pretensión,
la pretendí con extrema demasía,
puse en cada propósito el corazón,
añorándola sin pausa, noche y día.
En mi alma ya le he guardado,
cómo se guarda con celo una gema
y he cerrado mi puerta sin candado,
esperándola como se espera una pena.
Ya no sabrá más de mí, señora,
como yo tampoco sabré de usted,
aunque su flama… Devastadora,
con la mínima yesca volverá arder.
Porque su brasa no apaga…
Aunque no lo quiera usted,
Como… Ni toda el agua…
saciará perpetuamente la sed.
Yo la amo… Cierto,
con amor verdadero,
y la sueño despierto,
entre pensar y develo.
Y no duermo…
Mi sueño lo tiene usted,
más en mi solar yermo,
ha erguido una pared.
Una pared que separa,
pero que no distancia,
pues por azar o merced,
me anega su fragancia.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA.)
Febrero 6 del 2025.