germandario.

Insomnio

Las madrugadas se vuelven eternas cuando tu ausencia es el único testigo de mi insomnio. Me revuelvo en las sombras de mis sentidos  que solo guardan el eco de tu nombre, preguntándome si en algún rincón de la noche también me piensas, o si tu sueño es profundo y ajeno, como si nunca hubiera existido la tormenta que en mí dejaste. No sé si extrañarte es un acto de amor o de castigo, si aferrarme a tu recuerdo es una forma de vivirte o de perderme más. A veces cierro los ojos esperando que el cansancio me arrastre lejos, pero todo lo que encuentro es tu voz hermosa y paciente, penetrando mis recuerdos como el viento que se cuela por la ventana, en el peso de este vacío que insiste en no llenarse. Y sin embargo, aquí estoy, entre el deseo de olvidarte y el miedo de que, cuando al fin lo logre, ya no quede nada en mí que aún sea capaz de sentir.