๐“๐“ท๐“ญ๐“ป๐“ฎ๐“ช ๐“’๐“ฑ๐“ฒ๐“ฌ๐“ช๐ŸŒน

El anciano๐Ÿ–ค

El anciano

Balanceado en su ruñida mecedora,
se hallaba el anciano en su congoja.
Pensando en la mujer que aún añora,
 transcurrían el tic-tac de las horas.

Perdido en lamentos y recuerdos,
sorbía con desidia el vino añejo;
se ahogaba en su pecho el deseo
de revivir el tiempo de sus besos.

Abatido, con el alma hecha pedazos,
aguardaba la llegada del ocaso;
curtido por los años y el fracaso,
veía entre sus manos su retrato.

Allí estaba el viejo que no olvida,
esa noche la tristeza lo oprimía;
con su voz marchita y derruida,
suspirando sollozaba su partida.

Desolado en su cuarto él bebía,
afligido, no aguantaba su agonía;
cómo es que, por vivir su vida,
dejó ir a la mujer que lo quería.

Andrea Chica