No tengo lo que tú tienes,
ni tú tienes lo que tengo.
Si lo robas, yo me vengo;
si lo robo, tú te vienes.
No tengo lo que mantienes
porque yo nunca mantengo
aquello que ni devengo
tan siquiera, parabienes.
Que valga este trabalenguas
aunque no tenga sentido
si de todos es sabido
(si el oído te lo azuzan)
cuán difícil son las lenguas
si a tu espalda… ¡Despeluzan!