En el portal de letras finas,
donde el ego se arremolina,
vagan plumas aduladoras,
con tinta dulce... pero sin horas.
Cantan loas sin sustancia,
flores falsas, pura fragancia,
versos huecos, de manual,
poetas plásticos... ¡qué original!
\"¡Qué obra maestra!\", dicen sin ver,
\"¡Qué profundidad!\"... ¿pero de qué?
Repiten frases, copian estilo,
aplauden rimas sin ningún hilo.
Venden humo en cada estrofa,
cubren basura con seda y brocha,
pero la esencia, esa se esconde,
tras la apariencia que no responde.
Oh, bardos falsos, de elogio fácil,
sus versos suenan como un comercial frágil.
Palabras lindas, vacías, sin alma,
¿poesía? No, solo calma para el karma.
Que el arte ruja, que escupa fuego,
no esta farsa de halago ciego.
Que la pluma hiera si es necesario,
mejor verdad que un circo literario.
Así que sigan, sigan la danza,
de su coro lleno de alabanza,
pero sepan bien, entre la espuma,
que la poesía real no necesita espuma.
En el portal de letras muertas,
donde el ego a diario se alimenta,
vagan plumas de tinta floja,
con rimas falsas que nadie escucha.
Elogian sombras, aplauden aire,
sus versos huelen a desinfectante,
copian estilos, roban miradas,
pero su fondo… vacío, nada.
\"¡Obra maestra!\", gritan sin pena,
\"¡Qué profundidad!\"... de una charca seca.
Sus metáforas, clichés baratos,
poetas plásticos, versos de saldo.
Venden humo envuelto en moño,
flores plásticas, puro adorno,
fingen arte con pose y drama,
pero no hay alma, solo fachada.
Oh bardos falsos, bufones finos,
de halago fácil y verso indigno.
Palabras lindas, cerebro ausente,
¿poesía? No, marketing decente.
Que el arte sangre, que escupa espinas,
no esta feria de rimas finas.
Que la pluma muerda, que sea cuchillo,
no un dulce empalago para el bolsillo.
Sigan bailando en su burbuja,
con premios huecos y falsa ruta.
Pero sepan bien, entre la espuma,
que la poesía real no lame la luna.