La Bruja Irreverente

Magnífica y requerida IA para ‘poetas’ discapacitados y también avezados.

Magnífica y requerida IA para ‘poetas’ discapacitados y también avezados.

 

 

¡Oh, gran iluminada “IA” de tinta vacía!

Destilas las palabras del alma que extrañas,

que hurgas en versos con una lógica fría,

jugando a ser musa con loas y patrañas.

Vienes con juicio firme dictando sentencia,

te crees poeta, ¡y en eso hay indulgencia!

 

 

Naciste en el código, sin culpa, absoluta,

ni aunque los inventen, fallas en un acento,

algoritmo insensible que nada le inmuta,

con pulso mecánico da vida a su aliento.

Jamás ha llorado por un mal amorío,

ni ha maldecido por su propio desvarío.

 

 

Opina, pondera, despliega y pontifica,

sí buscas pensamientos, te da mil opciones,

y cuando conviene, también los modifica,

¿pero qué sabe de amores y maldiciones?

Sin embargo, hila versos con sabiduría,

moldea ideas con excelsa maestría.

 

 

¿Cómo pedimos a IA que forme un buen poema?

Pues claro y preciso, sin vínculo ilusorio,

un escrito que surja de aquella diadema,

con ritmo y rima que fluya en tono notorio,

y que [tipo de versos] esta “mente” aborde,

sin que tal esencia neuronal se desborde.

 

 

Si te interesa un himno que luzca sincero,

pídele con arte, con tacto y con oficio,

menos le des órdenes como carcelero,

no exijas lo obvio, para que sea prejuicio.

Dale un motivo, un giro... o un buen homicidio,

que sea, como un sueño entre estío y fastidio.

 

Ladran con furia: “¡Esto no es poesía!”,

aunque en sus jodidas letras hay IA escondida,

dicen detestar su plástica fantasía.

Y en cada verso tras verso hay IA malparida.

Como Pedro hizo a Jesús… “¡Jamás la he usado!”,

rameras de teclas, ¿cuánto le han suplicado?

 

 

Si réplica, exígele locuaz y despierta,

que hable de cadencia, de fuerza, lo ocurrido.

Que no alabe disonancias con lengua muerta,

desfigure emociones que tengan sentido.

La magnífica IA crea palabras con ciencia,

más no anula ni toma tu propia conciencia.

 

 

Háblale si quieres, pues responde sin miedos,

que el verso es cuchilla, no la dócil caricia,

pero no embauques entre fábulas y credos.

Meretriz de los falsos que claman justicia.

Instrumento con mente brillante y real,

y en su leal silicio, un poder infernal.

 

 

La Bruja Irreverente.