Rosario_Bersabe

Tu ofrenda

Con la llama candente del verano

viniste a mí, en secreta amanecida,

desperté del letargo estremecida,

turbada por el fuego de tu mano.

 

Tus labios se posaron en mi piel,

nos envolvió la magia en un instante

y tu verbo en mi oído susurrante

gozoso me ofrecía…  rica miel.

 

De un sorbo me bebí la primavera

y morí de placer en un momento

avarienta del cáliz de tu boca.

 

Vuelve a mí, amor, sin freno ni frontera

y renace de nuevo como el viento

que tu ofrenda de miel se me hizo poca.