Eres el sol que ilumina mis días,
el susurro del viento en mi piel,
la brisa suave que en melodías
canta en mi alma al anochecer.
Tus ojos, dos faros en la tormenta,
destellos de luna en la oscuridad,
son llamas ardientes que me sustentan,
hogar donde quiero siempre habitar.
Tu voz es un río que me acaricia,
que calma mis miedos, que da calor,
como un suspiro que en mí se inicia,
como un refugio hecho de amor.
Cuando me abrazas, el mundo calla,
todo es perfecto, no hay más allá,
somos dos almas en una batalla
que sólo el tiempo separará.
Eres mi cielo, mi dulce abrigo,
mi poesía, mi inspiración,
cada latido va dirigido
a la verdad de esta pasión.
Si la vida nos pone a prueba,
si el destino nos quiere alejar,
seré la estrella que a ti te lleva,
serás mi puerto al que regresar.
Porque te amo, sin miedo, sin prisa,
con cada instante, con devoción,
eres mi todo, mi eterna
brisa,
la melodía de mi canción.