En este mausoleo angosto y negro,
alcoba de la casa donde vivo,
trabados a un clamor menesteroso
de luz y hondura calma, sin reposo,
pernoctan afligidos mis sentidos.
En este panteón sin confesiones
silente como un mar inadvertido,
mi viejo corazón renace y muere
sin yo poder sentirlo en mis latidos.
¡ No puedo discernir si vivo o muerto
escribo este soneto entre sus muros.!
Ni el llanto ni el reir son compañía,
la duda en mi interior me difumina
con pinceles que borran la alegría.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO