Señor, libera el nudo de mi lengua,
pero antes elimina de su aliento
la insensatez; que aprenda a pronunciar
con dulce gracia y con sabiduría.
Ya que en el corazón humilde más
intensa es la alabanza, y tú lo sabes.
Libera el nudo triste de mi lengua
y fuentes brotarán de amor y canto.