el brujo de letziaga

Aún me requemas...

Cargado de vino miro tu cara dorada,
lujuriosa y ajada,
donde la pasión aún perdura
sin poder alejarme de tu mirada impura...

 

Pues aún me requemas...
aunque la vida deshoje tu apariencia
de intocable hermosura,
como el vino que no envejece nunca...

 

Más tu magia amatoria
de excelente carisma e intensidad,
me hace ser la víctima
de tu dulce voz y encantadora risa...

 

Y quiera Dios que me asista,
de que me dure el deseo hasta el último día,
en una simbiótica unidad
que nadie desde ningún lugar mirara...