POEMAS, POEMAS
“¡Poemas, poemas, últimos poemas!”,
iba gritando el jovenzuelo como en un pregón callejero.
Y, aunque nadie, al parecer, le hiciera caso
salvo para cuajar en el rostro una expresión de sorpresa,
no dejaba de ofrecer su mercancía
al público congregado.
Gaspar Jover Polo