Aquí yace una desposeída
que vivió todas sus horas
y que amó desesperadamemte.
Odió todas las injusticias
y no tuvo tierra, país ni gente.
Fue de todos lados y ninguno,
emigrante, refugiada y exile.
Habló cuatro lenguas, escribió,
observó en detalles y calló
como se hace con la mente.
Aquí llace una olvidada,
que vivió decentemente.
Amó con fuerza ajena
y jamás bajó la frente.
En la tierra crecen flores,
por el día la luz muerde
y en noches sin estrellas
nos acercamos a la muerte.