La savia del saber, cual árbol viejo,
renueva sus raíces con grandeza,
y en su tronco se asienta la conciencia,
fruto de mentes libres y su espejo;
así, la ciencia y arte en su belleza
conserva el saber viejo y el creando,
como el faro que guía navegando
nunca sus luces ni su fe doblega.
No con odio fiero, ni con espadas,
sino con verbo, astucia y fortaleza,
enfrenta el mar de dudas con destreza;
que la sabiduría, en su nobleza,
es el arma más fuerte en la batalla,
donde la fuerza bruta no halla presa.