Las estrellas alborozadas iban desapareciendo lentamente,
después de haber estado toda la noche iluminando
disfrutaron del descanso y relajo que ofrece la noche,
mientras la luna con tristeza desaparecía en el horizonte,
sus reflejos llenos de luz,
avivaban con un brillo especial,
las olas en el mar;
una gaviota volando,
y su chirrido,
hacía oír su cantar;
los primeros rayos del sol,
anunciando que una nueva jornada ha llegado,
hay que hacer de cada día,
algo especial,
agradeciendo lo que la vida nos entrega,
y la belleza que la naturaleza nos ofrece,
llenarlo de alegrías y mucha diversión,
pinta de colores cada día,
para que la felicidad nos acompañe siempre.