El amor es un espejo roto,
donde mi reflejo tiembla
como un espectro sin nombre.
Te amo con el filo de la ausencia,
con la herida abierta de un susurro,
con la piel hecha ceniza.
Te busco en la voz de la noche,
pero solo el viento responde
con su lengua de muerte.
Si me nombras, me desvanezco,
si me olvidas, muero de nuevo.
Porque amarte es perderse
en un
abismo sin luz.