Tal vez en otro universo nuestra vida continúa,
quizás nuestros caminos nunca se separaron
y las estrellas siguen brillando en nuestros sueños.
Es probable que en ese mundo hayamos resuelto el enigma del desamor,
ese abismo gigante
que aquí separa nuestros corazones.
Allí nos abrazamos en lo profundo de la noche
y nuestros cuerpos comparten su calor.
Entre caricias y besos resolvemos las diferencias,
todas las quejas mueren en un océano de suspiros y anhelos enclaustrados.
En ese mundo aún existe la ilusión.
Todavía se aprecia un haz de luz de esperanza que nos consuela
y nos permite soñar, una y mil veces
con que, tal vez,
en otro universo nuestra vida continúa…