Como castillo de arena
ve derrumbarse la fachada
de su vulnerabilidad…
Al mendigar afecto
ella no capta las señales
y le pisotean su valía.
Sea como fuere; se da ánimo
¡a la tercera va la vencida!.
Con más prudencia
hace con su vida lo que
mejor le venga en gana,
hasta que el amor le sonría
o le de otra bofetada.