Pueblo de fantasía de mar y de sal
Sacado de sueños
Castillos en la blanca arena
Son manos traviesas
De ángeles negros
Ternura que fluye del alma
Amor que trasciende los tiempos
Inocencia pureza vertida en el aire
Se escucha el vaivén de las olas
Se mira gaviotas que adoran el cielo
Palmeras que se mecen al compás de la brisa
Sus risas son cánticos salidos del cielo
Sus ojos son tiernos luceros
Que penetran el alma
De quien los contempla
Son solo una obra maestra de Dios
Son ángeles negros
En un mundo de amor