karonte

El cuartel

 En el cuartel de versos torcidos,

se juntan bardos muy presumidos,

con pluma en mano y ceja alzada,

dicen que su arte no vale nada… ¡la de los otros, claro está!

Que ellos son dioses de la poesía,

y el resto escribe pura porquería.

 

Hablan de clásicos con gran pomposo,

nombran a Homero y a algún famoso,

pero a la hora de rimar en serio,

se les va el ritmo… ¡y cae el misterio!

Que si el endecasílabo es su fuerte,

pero les sale un soneto de muerte.

¡Y qué decir del verso libre!

Más bien parece que un burro escribe.

 

Uno se cree Neruda reencarnado,

otro se dice Borges disfrazado,

pero sus obras, si las comparas,

son más secas que sopa sin cucharas.

Van por el lugar, con aires de sabios,

mirando a todos por encima de los labios,

\"Que si tu métrica está mal usada…\"

¡Y la suya ni rima ni dice nada!

 

Pero qué envidia da verlos hablar,

con tanta seguridad al recitar,

que uno se ríe, aunque por dentro,

piense: \"¿Y este genio de dónde salió? Del centro? o del cementerio?\"

Porque al final, el arte es un juego,

y aunque presuman, yo no me apego,

que en este cuartel de poetas divinos,

son más payasos que genuinos.

 

Así que sigan con su pose elegante,

mientras yo me río con este desplante,

que en el portal, entre tanta arrogancia,

la mejor poesía es la que da gracia.