En otro mundo, las estrellas se encuentran en el mar profundo, rotundas son las palabras que no tienen fin en el mundo.
En otro universo, inverso es el camino que recorro en el silencio, lejos del destino, donde las estrellas me guían con su luz fugaz, cuando el mundo por fin me brinda un poco de su paz.
Tal vez en otra vida no haya heridas, donde haya una salida, un intento para que el alma no quede perdida, dónde por fin, buscando calma, el sol acaricie la palma, y el corazón ya no sufra en su drama.
Anhelo una vida donde el dolor se disipe, y todo lo que pesa, al fin se escape. Un nuevo amanecer donde se respire, que el alma por fin se atreva a sonreír, sin temer al sufrir.
Un lugar donde el alma cante en libertad, y el dolor se disuelva en la eternidad, un refugio donde ser, sin más excusas para florecer.
Donde los días se bañen en luz serena, y cada paso se dé sin condena, un rincón donde el miedo no exista, y la esperanza florezca en cada pista.
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