Me separé de ti,
no de los recuerdos.
Me separé del dolor,
no de la nostalgia
y emprendí el regreso
con las manos vacías
y el alma cargada de olvidos.
Me separé de ti
y de los sueños
que nunca compartimos.
Dos hemisferios opuestos
unidos tan solo
por el corazón y el tiempo.
Pequeñas historias
de cada día
que íbamos creando
hasta convertirla
en una sola y única
historia de amor.
Me separé de ti,
pero no del día
en que te conocí
ni de la primera tarde
ni de la última lluvia.
Me separé del cuerpo
pero jamás del alma
ni de todo aquello
que nunca quiso
salir de mi corazón.
Ana María Indacochea Garreta
Enero 11 2025