Te miré con mis ojos extasiados
y tu encanto en mi mente se guardó;
y pintando en mis versos tu belleza
descubrí los delirios del amor.
Desde entonces mis letras siempre cruzan
esos lagos tranquilos de lo azul;
que poseen tus mágicas pupilas
que resaltan tu gracia y juventud.
Cuando sueño contigo en mi aposento
extrañando tu imagen sin igual;
son tus ojos linternas que iluminan
de mi sueño su mística ansiedad.
Como ciego que busca lazarillo
en las sombras de un sueño sin cumplir;
yo persigo en tus ojos esa lumbre
que refleja la flama que arde en ti.
Y aunque sea tu luz inalcanzable
y me lleve talvez a enloquecer;
yo pretendo enredarme con sus halos
y vivir de tu amor su dulce miel.
Autor: Aníbal Rodríguez.