Te ví en mis sueños,
fuiste quien escribió hermosas palabras
en aquel libro que nadie leyó;
aun así, estabas relajado
porque te quedaste convencido por tu creación.
Fue tan simple la escena,
rodeado de azul y de personas,
y tú estabas emocionado
hablando de lo que pudiste hacer,
acostado en una nube de creatividad,
de aquellas que no se olvidan.
Tu sonrisa no simulaba tu esperanza
de que tus textos escritos no hayan sido en vano.
Tú esperabas la recepción sin preocupación.
Así es cómo se ve la vida:
sos una gran inspiración.
Tu mente no habrá llegado tan lejos,
pero fue tu simpleza y profundidad
las que te hicieron respetar más de una vez.
Te escondes sin querer, porque la verdad tienes mucho que hacer.
Ya lo sabés, estarás ahí.
En ese ensueño te vi.