El rumor de la calle
cruje con tu trémula voz,
van vistiendo las nostalgias
por la colosal distancia,
el viento, cada vez más frío
y mi sueño, esclavo de tus deseos.
El zaguán esperaba tu bullicio,
tus pasos delicados de princesa
y el incontenible deseo
finaliza en un abrazo perpetuo,
El aura se amotinó en un poema,
mi pulso que en mis venas arde
por tus ojos empapados de encanto;
más aún, los cielos llegan tarde,
la mirada de amor se esconde
en un miedo impredecible
y vuelve un suspiro antiguo
en la quietud de un beso tembloroso…
Se afina el silencio en un espacio
y con la misma cólera de labios
beso tus mejillas rosadas,
se ahogó el gemido de tanto amar
y como final tonada exhausta
no te dejo de abrazar,
luego te vas, y no saber de ti
es pregonar un poema sin letra,
es no tener aire al despertar,
es apagar la llamarada de fuego
antes de empezar a amar,
es un camino de noche sin luna,
sin guarida para esa pasión
que nos espera del otro lado de la luna.
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