Te odio tanto que todavía te quiero,
una paradoja que mi corazón no entiende,
en cada latido, en cada pensamiento sincero,
mi amor por ti persiste, aunque el odio se encienda.
Es un sentimiento confuso, difícil de explicar,
como un fuego que arde en lo más profundo de mi ser,
aunque tus acciones me hagan temblar,
mi corazón se aferra a amarte, sin poderlo entender.
Quizás sea la pasión que aún me envuelve,
o la nostalgia de lo que solíamos ser,
a pesar de todo, mi amor no se resuelve,
y en cada suspiro, te siento renacer.
Es un amor que duele, que hiere y lastima,
pero también es un amor que no puedo negar,
aunque te odie, mi alma te estima,
y en cada verso, mi amor sigue a pesar.
Así que aquí estoy, en esta dualidad,
odiándote y amándote a la vez,
un sentimiento que desafía la realidad,
pero que en mi corazón, siempre florece.
Te odio tanto que todavía te quiero,
una contradicción que no puedo explicar,
pero en el fondo, mi amor es verdadero,
y aunque te odie, siempre estaré aquí para amar.